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Otoño... is Coming

Se fue el verano y el otoño empieza a asomar la nariz. Es un tiempo de transición durante el cual nos preparamos para el frío del invierno. Se nos acabó la estación más cálida del año –energía yang- y nos encaminamos hacia la estación más fría –energía yin-. Es la época en la que todo parece caer, cerrando su ciclo: los días tienen cada vez menos horas de luz, los termómetros suben cada vez menos, las hojas de algunos árboles empiezan a caer… El verano con su euforia, fácilmente nos puede hacer descarrilar de nuestras rutinas, lo que no está del todo mal, pero el otoño puede ser una oportunidad para reflexionar y volver a comprometernos a crear equilibrio y bienestar.

Según la medicina china es la estación de los pulmones y el intestino grueso y a través de ellos, de la piel y el sistema inmune. También relaciona esta época con la emoción de la pena. Tal vez se deba a que es una estación de colores cálidos, brisa fresca y días cortos. El otoño es por excelencia la estación del Blues, la niebla espesa (en algunos sitios más que en otros, ;), el primer olor a tierra mojada y la apetecible manta en el sofá.

Si siempre es recomendable comer los alimentos propios de la estación, en otoño tal vez sea la estación en la que esta sugerencia se vuelve más imperativa. Evita lo frío y crudo –por mucho que te guste, ya no es época de gazpachos-. Elige preferentemente alimentos templados y cocinados –pero no sobre-cocinados-. Y si hay una clave que nos viene bien a todos, esta es: “hidratar, hidratar, hidratar”.

El otoño es para las setas, la batata, el ajo, la cebolla, el jengibre, la col, la pera, la manzana, el puerro, la coliflor, la calabaza, el caqui, el hinojo, las nueces, las castañas, los rábanos, el nabo, el apio, el miso, las uvas, el cilantro, las coles de Bruselas, la quinoa, la avena, el tomillo, la salvia, el romero y la canela.

Es la temporada para mimar y reforzar el sistema inmune, para que los resfriados y las gripes no se encuentren cómodos en casa. Para ello, un sueño reparador es la piedra angular. Mientras dormimos se repara nuestro sistema inmune, restauramos el ritmo circadiano y equilibramos la inflamación. La pasiflora, en gotas o comprimidos, puede ser tu aliada si necesitas una mano. Sin embargo, establecer hábitos saludables en las últimas horas del día, que nos vayan preparando es el objetivo.

También puedes ayudarte de los adaptógenos como la ashwagandha o la rhodiola, equilibran el sistema endocrino en general, las glándulas suprarrenales en particular y la inflamación. Los adaptógenos suman. Como suma la meditación, hacer ejercicios respiratorios y mover regularmente el cuerpo de forma amable: caminar, bicicleta, yoga, natación o baile son los más aconsejables.

Pero si quieres proteger tus glándulas suprarrenales y tu sistema inmune, no te puedes olvidar de la vitamina C. Puedes usar naranjas, limón, brécol, pimiento… pero por favor: ¡usa perejil! Montañas y montañas de perejil. Bueno, en realidad no necesitas montañas de esta maravilla. Me vine arriba. En mi defensa diré que este desvarío está justificado, no solo porque es una excelente fuente de vitamina C, sino porque también lo es de vitamina A, luteína y zeaxantina, todos ellos clave para la salud ocular. Así que si te pasas horas enganchado en el ordenador, la Tablet o el móvil, el perejil debería adquirir otro estatus en tu vida, del tipo de: yo, el perejil y mi móvil. Y por si todavía dudas, te diré que es rico en un potente antiinflamatorio, la apigenina, muy presente también en su primo hermano el apio. Además, el consumo habitual de perejil aumenta los niveles de adiponectina, hormona natural con efecto antiinflamatorio y antialérgico.

Darling, ¡Parsley is the new black!


Con Amor,
Natalia



Publicado por Natalia Croissier el 03/10/2017